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tiempo controlando tu vida, y ya está bien. No eres tú la única que quiere que pague
por sus delitos. Somos nosotros contra él.
Y volvió a besarla.
Rianna se abrazó a él, y en cuestión de segundos explotó la pasión. Pero ella de
pronto se separó.
Hay algo más. Me equivoqué al marcharme de aquí esta mañana, pero no en
lo de que debes ir a tu casa. Tienes que ocuparte de ello, o Gregory habrá conseguido
otra victoria más al destruir algo importante para ti.
La compañía de seguros se ocupará de todo dijo, quitándole importancia.
Tenemos que separarnos durante un tiempo.
Él no estaba de acuerdo, pero ella le puso un dedo en los labios.
Por favor&
Kyle asintió.
Los psicólogos me advirtieron que podía ocurrir que me sintiera dependiente
de la persona que me ayudara a escapar del trabajo encubierto. Sé que lo que hay
entre nosotros es mucho más fuerte que eso, pero nunca podré estar segura a menos
que me des un poco de tiempo y distancia.
Tonterías masculló . Cómo nos hayamos conocido no importa. Lo que
importa es lo que sintamos ahora.
Escaneado por Marisol F y corregido por SCC Nº Paginas 114-130
Barrer, Becky El riesgo del amor
Lo sé, pero voy a tener que estar encerrada en un piso franco con guardias
armados durante las próximas semanas, y no quiero que tengas que vivir así.
¿De verdad crees que puede disgustarme pasar tiempo contigo? Por lo que
veo me consideras un tío superficial, ¿no? Aunque también me da la impresión de
que quieres deshacerte de mí para analizar nuestra relación.
Vamos, Kyle. No exageres. Lo que pasa es que es absurdo que tengas que
permanecer escondido cuando puedes estar ocupándote del arreglo de tu casa. La
agencia te proporcionará protección si quieres, pero Donald prefiere que yo esté lejos
de Washington.
¿Te ha sugerido que no nos veamos hasta después del juicio de Haroldson?
Cree que es lo más seguro.
Acercó los labios a la base de su cuello, justo donde palpitaba el pulso, y lo
acarició con la lengua. Kyle se estremeció. Todo su cuerpo sintió una sacudida.
Ninguna otra mujer le había dado tanto, ni le había pedido tanto a su vez.
A lo mejor podemos organizar un encuentro de vez en cuando, si estás
interesado, claro le propuso en voz baja.
¿Interesado? Tendría que estar muerto para no estar interesado.
Pero por eL momento no iba a esperar a un encuentro futuro. La tomó en
brazos y la llevó a la cama. Todo lo demás podría esperar.
Escaneado por Marisol F y corregido por SCC Nº Paginas 115-130
Barrer, Becky El riesgo del amor
Capítulo 13
París, Francia.
Steven estudió su imagen en el espejo. Bajo, delgado, calvicie incipiente, nada
de particular. Ésa era la imagen real de Steven Partoll, pero jamás salía de Francia sin
ir disfrazado. En todos los viajes que había realizada por el mundo, siempre
presentaba una fachada diferente y sin características peculiares. La Interpol tenía
una fotografía suya en su expediente, y otra el FBI, pero aquéllas eran sólo imágenes
que había utilizado y desechado después.
Aquél iba a ser su último trabajo, y había decidido hacerlo él mismo. La idea era
tan ingeniosa que lo hizo reír en voz alta. ¿Quién iba a sospechar que el editor de un
diario sensacionalista, de mediana edad y modales correctos, era un asesino a
sueldo? ¿Quién se imaginaría que era uno de los más buscados por la Interpol?
Había pensado retirarse con los cinco millones que le había prometido
Haroldson. El primero de ellos ya había sido depositado en su cuenta de Suiza. El
resto sería transferido en cuanto se confirmara que el trabajo estaba hecho.
Había considerado la posibilidad de llevarse el millón y desaparecer. Haroldson
no estaba en disposición de perseguirlo, pero incluso los asesinos profesionales
tenían una reputación que mantener, y quería retirarse con un halo de gloria que
nadie pudiese igualar.
Además, aquella intervención suya iba a ser un auténtico desafío. Tendría lugar
en un tribunal federal de Estados Unidos, con detectores de metales, guardias
armados y la flor y nata de los agentes del FBI. Aquel trabajo iba a ser su obra
maestra. Otros podían considerarlo como una misión suicida, pero no tenían ni su
habilidad ni su osadía.
Él era el mejor, y así iba a demostrarlo. Y con el dinero que obtuviera con aquel
último trabajo iba a darse una vida regalada. Ya había echado el ojo a una exuberante
plantación en Sudamérica. Tenía pensada una transformación física con el mejor
cirujano plástico que el dinero pudiera comprar. Cultivaría algo de opio por el puro
placer de hacerlo, compraría los favores de mujeres hermosas y le haría un corte de
mangas a los tratados internacionales de extradición.
La mujer.
Debería haberla matado años antes, al verla junto a la casa en llamas de su
familia. La había reconocido entre un grupo de horrorizados espectadores, pero era
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